domingo, 6 de marzo de 2011

Capitulo 6

Un sms aturdió el sueño de Ulises. ¿Quién le mandaría un sms a esas horas?
"¿Puedes venir a mi casa? ."
Era ella.
El corazón de Ulises se aceleró hasta una cantidad de pulsaciones inverosímil.
¿Qué iba a hacer en esos momentos? Hace unas horas Malú le había cerrado la puerta de su casa y ahora le estaba diciendo que fuera. Pero Ulises no podía negarle nada. El tiempo había pasado, sí eso era cierto, pero ella seguía siendo aquel amor inolvidable.
Quizás aceptar aquella propuesta era uno de esos grandes errores que se cometen a veces. Pero a Ulises no se le daba bien eso de escoger los caminos correctos.
"En diez minutos estoy allí."
El reloj  de la plaza de Cataluña marcaba las cuatro de la mañana. Era una noche fría que atravesaba la piel.
Una vez más atravesaba todos aquellos puntos que le recordaban aquellos momentos con Malú. Pero esa noche no quiso recordar más. El día ya había estado repleto de sensaciones.

Tocó el timbre de la casa, tan sólo hacía horas que lo había pulsado por última vez. Malú abrió la puerta. En su cara se podía ver cómo no había parado de llorar hasta entonces.

-Gracias por venir. - dijo ella.
-No hay de qué.
Un silencio incómodo recorrió aquellas paredes.
-Siento lo de antes.
Ulises le miró fijamente.
-No pasa nada, no es nada.- dijo nervioso.


Mientras Iván intentaba averiguar qué le había ocurrido a aquella desconocida.
-Y bien, Marisa, ¿Qué te ha ocurrido a ti?.
Ella bebió un poco de su bebida y comenzó a relatar lo que había pasado:
-Llevaba ya dos años con mi pareja y siempre he sido muy celosa. No solía dejarle ir con sus amigos de fiesta por lo que aquello pudiese conllevar.- miró al suelo.- y efectivamente hace un mes fue una de las pocas veces que le di permiso para salir. ¿Qué iba a hacer? Tras dos años confiaba en él. Al volver a casa me dijo que lo había pasado genial con sus amigos y me pareció bien. Lo único que noté es que no estaba tan cariñoso conmigo aunque la verdad, es que no le di importancia. A partir de ahí salió más noches y a mi me gustaba que se divirtiera. Hasta esta noche no me di cuenta... 

Comenzó a temblar  y su voz se debilitó.
-¿Qué paso?- preguntó Iván sujetándola del hombro intentándola hacerla sentir mejor.
-Volvió borracho y ya sabes lo que dicen de que los borrachos y los niños dicen la verdad. Sus gritos me despertaron. Gritaba piropos para una chica. Al principio creí que eran para mi hasta el momento que dijo "rubia". Le hice preguntas sobre lo que había sucedido y me confesó con una sonrisa que me había puesto los cuernos varias veces. No pude soportarlo y me vine aquí....
Al terminar su relato de los hechos bebió otro trago de su bebida. Recobró la voz.
-¿Y a ti qué te ha pasado?- preguntó ella.
Tras su historia, Iván decidió contarle la suya:
-Mi novia siempre me hablaba los primeros días de relación lo maravilloso que era su ex y cuánto le costó olvidarle...Pero no lo ha olvidado. Hoy su ex vino a casa a buscarla. Y ella rompió a llorar. El día que me encuentre a su ex por la calle no sé cuál será mi reacción ...
-¿Y qué piensas hacer?- preguntó ella. 
-No lo se...- suspiró.- ¿y tu?
-Yo tampoco... 

Capitulo 5

En momentos como ese se siente una impotencia enorme. Todo aquel tiempo intentando olvidar, desapareció al volver a ver a Ulises. Todos los ladrillos colocados para construir el olvido, se derribaron con una simple mirada. Tras pensar en Ulises cada uno de los segundos que se iban consumiendo, la mirada llena de odio de su novio llegó a su mente. Se preguntaba qué estaría haciendo.

Iván, tras irse para no pagar su ira con Malú, se fue a un pub de la esquina. Esperaba encontrar a alguno de sus amigos que solían frecuentar por aquel sitio. Pero no había nadie que él conociese. Se sentó en la barra y pidió algo de beber. Aquella noche, la pasaría allí. Poco después una chica se sentó a su lado. Iván no le dio importancia hasta que ella comenzó a hablarle con una sonrisa preciosa dibujada en su rostro:
-¡Hola!
Ivá desconcertado, la observó por si la conocía, pero no era así.
-Hola.-contestó él.
-Son las cuatro y media.... ¿Qué haces aquí?-preguntó ella.
A Iván no le apetecía parecer borde, pero le apetecía aún menos contarle aquella historia a una desconocida.
-Lo mismo que tu.- dijo él
-No creo que sea lo mismo que yo...
La sonrisa brillante de aquella chica se apagó. Iván intuyó que él no era el único al que algo malo le había pasado.
-Soy Iván.-le tendió la mano y sonrió por primera vez en aquella noche. La chica sorprendida mostró otra de sus sonrisas.
-Yo soy Marisa.
Mientras tanto Ulises pasó toda la noche dándole vueltas a lo ocurrido. "¿Cómo de destrozado te sientes cuando sabes que ya no formas parte de la vida de la persona de la que estás enamorado? ¿Alguien sabe cómo lo estoy pasando?
Que mal te sientes dándote cuenta que en estos momentos que piensas en ella, está  con el que te quitó el puesto. Ya no soy el que solía dibujarle sonrisas, sorprenderla, ilusionarle... Me quitaron el puesto y siento como rencor, quizás odio hacia él, pero ¿por qué? ¿Por qué me siento así?
Recuerdo su cara. Él mirándome con casi el mismo odio que yo siento hacia él. Pero ¿a qué se debió su mirada? No soy yo el que la tiene ahora en su propiedad.
Quiero ahogarme entre mis sábanas, quiero que la almohada me abrace.
Hay gente que no sabe lo que tiene. "